Me llamo Andrea Troya.
Siempre he sido una amante de la decoración y del buen aroma. Desde pequeña, me fascinaba cómo un espacio puede transformarse con solo un detalle: una vela encendida, un aroma envolvente, una luz suave. Con el tiempo, entendí que no se trata solo de objetos bonitos, sino de crear ambientes que se sientan como un abrazo.
Un día, decidida a emprender, aposté por mi buen gusto y por aquello que siempre me ha hecho feliz: llenar los espacios de belleza, calidez y sensaciones únicas. Así nació este proyecto de velas artesanales, hechas con mucho olor y mucho amor. Porque cada vela que creo lleva esa intención: que al encenderla, no solo ilumine un rincón, sino que también despierte emociones, recuerdos y buenos momentos.
Me llamo Andrea Troya.
Siempre he sido una amante de la decoración y del buen aroma. Desde pequeña, me fascinaba cómo un espacio puede transformarse con solo un detalle: una vela encendida, un aroma envolvente, una luz suave. Con el tiempo, entendí que no se trata solo de objetos bonitos, sino de crear ambientes que se sientan como un abrazo.
Un día, decidida a emprender, aposté por mi buen gusto y por aquello que siempre me ha hecho feliz: llenar los espacios de belleza, calidez y sensaciones únicas. Así nació este proyecto de velas artesanales, hechas con mucho olor y mucho amor. Porque cada vela que creo lleva esa intención: que al encenderla, no solo ilumine un rincón, sino que también despierte emociones, recuerdos y buenos momentos.
